IVECO TURBO DAILY 49.10

El lunes 17 de julio de 1995, justo cinco meses antes de que se produjera el incendio del Complejo Industrial Mathiesen y Molypac en Lo Espejo, la mayor emergencia química que ha registrado la Región Metropolitana, el comandante José Matute Mora, quien finalmente terminaría al frente del trabajo de extinción de dicho siniestro, había advertido en una entrevista en el diario Las Últimas Noticias, que llevaba por título “Batalla contra tóxicos y químicos”, la necesidad de contar con un carro hazmat, cuyo costo estimaba en 220 mil dólares, en alguna de las dos unidades, la Decimoséptima o la Decimoctava compañías, que en ese momento se estaban preparando para enfrentar este tipo de emergencias.

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El proyecto de construcción del citado vehículo ya había sido visado por la Municipalidad de Vitacura, que dispuso de los recursos para la adquisión del primer H18, cuando la catástrofe ambiental de Lo Espejo sorprendió a la capital, refrendando en los hechos la preocupación del comandante del CBS, institución que solo ocho meses después, el 4 de agosto de 1996, pudo poner en servicio este carro hazmat, que fue adaptado y equipado por la empresa de ingeniería Bertonati Hnos. S.A. a partir de los requerimientos de los voluntarios de la Decimoctava. Montado en un chasís Iveco Turbo Daily 49.10 del año 1995, el H18 contaba con un generador de 4.000 watts, un mástil neumático para servicio pesado de 7,40 metros de altura y en su interior, además del espacio para la tripulación de seis voluntarios, tenía un puesto de comando dotado de una pequeña estación meteorológica y un computador portatil, una novedad para la época, con toda la información relativa a este tipo de emergencias.

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En el equipamiento se anotaba, además, un generador de espuma y extractor de humo portatil ultraliviano marca Agnus Fire, modelo Mini Turbex, de procedencia inglesa; cinco equipos de respiración autónoma Racal, modelo 4.000, de origen estadounidense; un sistema de recarga de cilindros de aire comprimido y trajes especiales para enfrentar distintos materiales peligrosos.

La incorporación de dicho carro significó también una actualización de las claves de llamados desde la Central de Alarmas, que desde esa fecha utilizó la codificación de B, Z y H para la denominación de las bombas, vehículos cisterna y carros hazmat, respectivamente.